Aceite esencial de Lavanda

Aceite esencial puro obtenido por destilación al vapor de las sumidades floridas de la planta.
 
Principales propiedades:
Analgésico, antibacteriano, antidepresivo, anti infeccioso, antiinflamatorio, antimicrobiano, antiséptico, antídoto contra venenos, calmante, carminativo, cicatrizante, reconstituyente, descongestivo, desintoxicante, sedante, antidepresivo, soporífero, espasmolítico, febrífugo, vulnerario.
 
Usos más comunes:
Dolencias inflamatorias, infecciones de la piel, heridas, cortes, rozaduras, erupciones, picores, eccema relacionado con el estrés, psoriasis nerviosa, quemaduras solares, quemaduras, espasmos musculares, calambres abdominales, cefaleas, migrañas, insomnio, nerviosismo y trastornos relacionados con éste, acné, barros, picaduras de insectos, estrés, tensión nerviosa, ansiedad, pánico, repelente de insectos.
 
El aceite esencial de Lavanda es uno de los imprescindibles en cualquier botiquín natural. Es útil tanto para el hogar como para las personas y las mascotas. Se puede usar con niños. Es increíblemente versátil y a la vez potente. Es uno de los pocos aceites esenciales que pueden usarse sin diluir sobre la piel, en pequeñas extensiones. 
 
A nivel físico es útil para cortes, heridas, quemaduras y cicatrices. Alivia las picaduras de insectos y el dolor de cabeza. Es un antiséptico y antibiótico natural, y un suave agente anti fúngico con propiedades sedantes y antidepresivas.
Actúa sobre todos los sistemas y órganos del cuerpo. Refuerza el sistema inmunológico y equilibra el sistema glandular. Armoniza el sistema nervioso central y periférico: simpático y parasimpático. Equilibra y armoniza el metabolismo en general. Reduce la infección y la inflamación de cualquier etiología. Elimina las toxinas y favorece la circulación sanguínea y linfática, aliviando los efectos edematosos internos y externos. Reduce la hipertensión arterial y las palpitaciones cardíacas. Combate cualquier tipo de dolor: cefaleas, migrañas, neuralgias, articulares, musculares, etc. Alivia espasmos y convulsiones. Trata efectivamente los trastornos cutáneos de cualquier origen. Tonifica el cuero cabelludo, previene la caída de cabellos.
 
A nivel psico-emocional aporta calma, relajación y alivio del stress. Ayuda a conciliar el sueño y a descansar mejor. La Lavanda es un símbolo de renacimiento y por ello suaviza el carácter y ayuda a eliminar las contradicciones. Se dice que crea un aura particular de magnetismo que conduce al individuo hacia energías externas favorables. Protector astral y limpiador universal. Neutraliza lo que perturba el aura. Equilibra y armoniza los chakras. Combate los problemas emocionales como depresión, manías, irritabilidad, miedo, melancolía, insomnio, oscilaciones en el estado de ánimo, nerviosismo, el estrés cotidiano, aliviando las cargas y los pensamientos negativos de cualquier tipo, favoreciendo el bienestar físico, mental, emocional y espiritual.  Calma los estados emocionales violentos o incontrolados. Favorece la concentración en estados de meditación y visualización. Armoniza situaciones extremas.
 
Modo de uso recomendado:
Diluir unas gotas en aceite vehicular para masajes o para baño de inmersión. Diluir unas gotas en el agua del hornillo o difusor. Aplicar una gota sobre compresa humedecida para aplicación local o sobre un pañuelo o tela para inhalación directa. En caso de quemaduras se puede aplicar una gota sobre la zona afectada en forma directa, una vez se aplicó agua fría por unos cuantos minutos. También se puede aplicar una gota sobre las almohadas para favorecer el descanso.
 
Precauciones de uso:
No se le conoce ninguna contraindicación. Se puede usar durante el embarazo, evitando el primer trimestre.
 
Datos interesantes:
Esta planta se cosecha en el solsticio de verano, se deja secar un par de días para maximizar su aroma y luego se destila. La lavanda aparece por encima de los 500 metros de altitud y se da sobre todo en Francia. Hoy en día se cultiva en muchos otros países y cada versión ofrece unas propiedades ligeramente distintas. Los antiguos griegos, persas y romanos quemaban lavanda en las habitaciones de los enfermos. El término lavanda deriva del latín lavera, “lavar”, porque los romanos utilizaban esta planta en los baños. En la Edad Media y hasta el 1700 se esparcieron y se restregaron los suelos utilizando la Lavanda cómo desinfectante.
 
Producto vegano.